El "Altamir"
Moneda Social en Medellin, Colombia

En barrios de Medellin y Bello ponen de modea el cambalache: Cambio televisor por clases de karate. En el mercado del trueque se puede cambia un libro de Garcia Marquez por uno de cocina; un caleidoscopia por citas con el sicoanalista y hay quien paga la pension del colegio con arreglo de techos. Todo vale en este novedoso mercado que tiene modeda propia: el altamir

Nestor Lopez Lopez
Corresponsal de EL TIEMPO
Medellin, Colombia

trueque_medellin@hotmail.com

Altamir es un barrio del occidente de Medellin en el que en vez de pesos circula el altamir, una moneda tan dura que bastan solo cinco de ellos para conseguir un libro del Nobel Colombiano Gabriel Garcia Marquez.

Cada altamir equivale aproximadamenta a mil pesos y se utiliza algunos fines de semana, durante las jornadas de trueque que los habitantes de este barrio se inventaron para intercamiar toda clases de articulos sin recurrir a la moneda contante y sonante.

En este singular mercado todos los objectos son tasados en altamires, porque aca no basta tener dinero sino algo, cualquier cachivache, que otro necesite. "Estamos llenos de cosas que no nos sirven y que si le sirven a otros". sostienen sus creadores.

La nueva moneda es un triangulo de carton de cinco centimetros de alto con un hacha indigena pintada en el centro y un valor nominal de medio, uno, cinco y diez. En Altamira ya se han realizado tres rondas de trueque y la experiencia se cuenta como existosa. Guillermo Arroyave, agente de seguros; Jua Guillermo Echavarria, licenciado en idomas; Pablo Mayayo, artesano, y Jesus Antonio Hernandez, promotor de cooperativas, se unieron en este sueno.

Pablo mayayo habia encontrado por Internet el relato de un trueque en Buenos Aires, Argentina, que empezo en 1995, y les expuso la idea a los demas. Hicieron las primeras reuniones y crearon el clube de trueque de la urbanizacion Altamira.

La primera ronda fue de susto. Un domingo, hace 6 meses, armaron en una zona verde del barrio, los toldos alquilados pur una asociacion de artesanos a cambio de unos cuantos altamires. Sin que haya un explicacion muy precisa d

e como ocurrio, poco a poco se fueron acrcando los ninos, atraidos por los libros ilustrados y por las colecciones de cuentos. Detras vinieron sus papas y mamas.

"Arrancamos unicamente con libros, revistas, CD, discos y casetes. El llegar sin plata y poderse llevar una serie de libros, eso lo veian muy loco:, explica Pablo Mayayo a quien una coleccion ilustrade de El Quijote lo costo 50 altamires.

En estos mercados, un Garcia Marquez puede canjearse por las matematicas de G.M. Bruno o por un ejemplar de Concina a su alcance; y los 'elepes' del baladista Beto Fernan, por los nuevos grupos de rock y jazz.

Incluso, cuentan los organizadores que un joven se enamoro de varios objetos y convirtio su reloj en altamires ante la negativa de los organizadores de dejarlo comprar con dinero del Banco de la Republica.

Ese dia, entre las 8:00 de la manana y las 5:00 de la tarde se interambiaron unos 3,500 objetos--entre ellosmas de 2,500 libros--que habrian costado mas de 15 milliones de pesos en el mercado normal.

Ahora en Altamira piensan intercambiar servicios y saberes para aprovechar a todo aquel que tenga algo que ofrecer en esta urbanizacion de mas de 6,000 habitantes. Los organizadores estan convencidos de que se puede cambiar clases de matematicas por cortes de pelo, y que es posible aprender a bailar merengue y pagar con algunas sesiones de masaje.

El primer paso es la creacion de un directorio en el que ya comenzaron a inscribirse profesores de danza, guitarra e Ingles, mecanicos, masajistas, senores que cuidan ninos, medicos, ebanistas y terapeutas, entre otros.

Tambien en el municipio de Bello, al norte de Medellin, venia rodando una iniciativa similar desde 1994, liderada por John Jairo Cano y sus amigos de la corporacion Buena Idea.

Cada dos meses en el ecoparque La Guzmana, mejor conocido ahora en Bello como Parque del Trueque, se efectuan mas de 150 'cambalaches' durante el dia dedicado a esta actividad.

"Hay algo que se pierde con el otro. Nosotros priorizamos: tu que tienes para intercambia y que te gusta de lo que yo tengo", dice John jairo para justificar el que no hayan adoptado ninguna moneda similar el altamir.

Incluso el ha pagado la pension de su hijo en la escuela Argiro Ochoa con el mantenimiento de los techos y los pupitres. Tres citas con la sicoanalista le constaron un caleidoscopio y recibio sesiones de terapia neural a cambio de trabajos de marqueteria.

"El trueque se hace para valorar con el corazon y no con el bolsillo los bienes y servicios que producimos, sin la brecha insalvable entre productor y consumidor del no hay dinero:, afirma Cano.

Esta experiencia se ha regado en toda la ciudad y parte del departamento de Antioquia. Ya hay algunos clubes en proceso de consolidacion en varios barrios de Medellin, e incluso, estan pensando en hacer un intercambio entre los 'nodos' de la red de trueque que trabajan en la ciudad.

Lo mas importante --dicen los cambalacheros-- es que todas las personas salgan contentas y amigas, sin importar la diferencia en el valor real de las cosas que intercambian. Tanto asi que en Bello una joven cambio un computador 286 por un walkman.